Llega el 2021, un año con grandes expectativas, proyectos y planes, especialmente tras
el convulso 2020 que el Covid-19 apenas nos permitió disfrutar. Para empezar el nuevo
año de la mejor manera, os proponemos diez lugares con encanto pasar para la
Nochevieja y comenzar a cumplir esos propósitos.
Cudillero (Asturias)


Si hablamos de lugares con encanto, Asturias tiene un puesto destacado. Se podrían incluir numerosos municipios tanto del interior de la comunidad como de la costa, pero nosotros nos quedamos con Cudillero, un municipio donde se respira ambiente marinero, que se ha tallado en la falda de la montaña hasta llegar al mar sin perder ese aire tradicional de calles estrechas y casas con decoración alegre y colorista. Hay quien le llama el Versalles asturiano.
Morella (Castellón)


Viajar a Morella es emprender un viaje en el tiempo, hasta la época en la que musulmanes y cristianos luchaban por imponer su cultura y religión (por aquí anduvo El Cid Campeador). Erigida en lo alto de una colina, a unos mil metros de altura y a solo 60 km de la costa, el pueblo original mantiene un sinfín de calles estrechas y porticadas, casas con siglos de historia y rincones con encanto. El conjunto ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico y aún mantiene su muralla medieval de casi dos kilómetros de cuerda.
Pedraza de la Sierra (Segovia)


Esta pequeña localidad amurallada (solo cuenta con dos puntos de entrada y salida) se encuentra a apenas un centenar de kilómetros de Madrid. En su interior encontramos un conjunto de calles empedradas que han sabido mantener la esencia de la historia donde destaca la plaza mayor porticada, el castillo palacios medievales construidos entre los siglos VIII y XV, la iglesia de San Juan o el Arco de la Villa. Sin embargo, muchos la conocerán por el Concierto de las Velas: el pueblo se inunda de velas al caer la noche mientras se realizan conciertos de música clásica. Se celebra en julio.
Ronda (Málaga)


Esta localidad es mucho más que el puente construido sobre el Tajo (el desfiladero excavado por el Rio Guadalevín que tiene más de 100 metros de altura). Se sitúa como uno de los pueblos más reconocidos de la ruta de los Pueblos Blancos, arquetipo de población andaluza presente en cada una de sus ocho provincias aunque dispone de una ruta propia entre Málaga, Córdoba, Sevilla y Cádiz. Ronda cuenta con la plaza de toros de piedra más antigua del país, un mirador desde donde los más avezados aseguran ver el mar, murallas árabes, el Palacio Mondragón y la Plaza de la Duquesa Parcent. Finalmente, también resultará curioso a más de uno el Museo del Bandido, una suerte de Robin Hood a la española que estaba muy extendido por Sierra Morena y las Sierras de Málaga y Granada.
Albarracín (Teruel)


Aunque muchos conocerán la sierra de Albarracín por ser el enclave donde nace el rio Tajo, el más largo de la península y que desemboca en Lisboa, la capital portuguesa, la localidad de Albarracín cuenta con un importante atractivo por sí mismo. Elevado encima de una colina, sus calles sinuosas albergan unas casas que han sabido mantener el tono ocre de la tierra de la zona entre las que encontramos la Plaza Mayor, la catedral y las iglesias de Santiago y Santa María. En Albarracín, el tiempo se detiene. Qué mejor lugar para disfrutar de la Nochevieja y dar la bienvenida al 2021.
Alarcón (Cuenca)


Un pueblo amurallado y con una única entrada construido en lo alto de una loma que aprovecha el meandro que ha formado el río Júcar. En su interior reina la paz y la tranquilidad, el mejor marco para convertir en especiales algunos momentos como puede ser la próxima Nochevieja. Dispone de Parador Nacional, se puede visitar el castillo, la Plaza del Infante don Manuel, la iglesia de Santa María y la iglesia de San Juan Bautista, aunque esta llamará la atención de muchos pues de su interior han sido retirados todos los elementos religiosos para exhibir pinturas murales del estilo de Dalí con referencias a la naturaleza, el hombre y el universo.
Santillana del Mar (Cantabria)


Conocida como la ciudad de las tres mentiras porque ni es santa, ni es llana ni tiene mar, su conjunto es un monumento de la Edad Media española que ha sabido mantener sus calles empedradas y sus construcciones de tono marrón. Aquí destaca el monasterio de Santa Juliana, una de las joyas románicas de Cantabria, la Plaza Mayor y las torres de Merino y Don Borja. Fuera del término municipal podemos encontrar la cueva de Altamira, con las pinturas rupestres más antiguas de toda Europa y de gran importancia para el estudio de la evolución del hombre.
La Alberca (Salamanca)


Un pueblo detenido en el tiempo en los confines de la Sierra de Gredos y con grandes influencia de la comarca de las Hurdes (Cáceres). Se trata de la primera localidad declarada conjunto Histórico-Artístico de España, en 1940, y mantiene un entramado laberíntico de calles estrechas y sinuosas donde se pueden encontrar influencias de romanos, judíos y musulmanes y donde la presencia del agua toma gran importancia. Recomendamos visitar la Plaza Mayor aunque su encanto no está en las grandes construcciones sino en la magia del lugar.
Trujillo (Cáceres)


La localidad que vio nacer a Francisco de Pizarro, quien sumó Perú al Reino de Castilla en el siglo XVI, muestra un excelente repaso a la historia que ha tenido la zona desde hace siglos. Cuenta con raíces romanas, fue prefactura de la Mérida romana; zona de paso para los árabes en sus rutas hacia el norte de la península, a destacar la alcazaba que aún se mantiene en pie: la riqueza de los grandes terratenientes que aquí se asentaron con la llegada de los cristianos con varios palacios e iglesias que visitar; y los objetos y riquezas precolombinas que trajeron del otro lado del Atlántico los primeros colonos españoles. Y todo esto entre calles estrechas, de piedra, de un tono marrón claro.
Cadaqués (Gerona)


Pueblo pesquero de la provincia de Gerona que inspiró a Dalí donde el tiempo circula de forma pausada y en el que uno puede disfrutar de las vacaciones veraniegas, pero también de momentos especiales en cualquier época del año. Sus calles encaladas nos recuerdan a los pueblos blancos de Andalucía (también por la importante cultura floral de sus vecinos) e invitan a pasear buscando la iglesia de Santa María, el faro de Cala Nans y las vistas de la bahía. No es el mejor momento para pasear por sus playas, aunque los más avezados seguro que pisarán la arena teniendo en cuenta que aquí las temperaturas son más suaves que en el interior de la península. Quizás, uno de los motivos por los que mantiene su encanto es porque para llegar hasta aquí hay que superar una carretera de 15 km con infinidad de curvas.