15 lugares únicos para descubrir Mérida

Foto del Teatro Romano de Mérida

Si viajas a Mérida, no puedes dejar de visitar los siguientes 15 lugares únicos de la ciudad.

Mérida, la capital de Extremadura, al oeste de España, fue fundada por los romanos en el siglo I antes de Cristo. Aún quedan restos de la ciudad antigua, como el teatro romano. Este espacio sigue en funcionamiento y cuenta con dos filas de columnas en el escenario. Su puente romano de 792 m se extiende sobre el río Guadiana hasta unirse con la Alcazaba, la fortaleza islámica del siglo IX construida sobre los muros romanos.

Aquí tienes el mapa, donde puedes planificar tu ruta turística por la ciudad de Mérida, para ver los 15 lugares únicos de la ciudad.

El Teatro Romano

Es un teatro histórico levantado por la Antigua Roma en la colonia Augusto Emerita, actual Mérida. Su creación fue promovida por el cónsul Marco Vipsanio Agripa y su inauguración se produjo en los años 16-15 a.C. Es Patrimonio de la Humanidad desde el año 1993 como parte del conjunto arqueológico de Mérida.

Ha sufrido varias remodelaciones, la más importante en el siglo I d.C., cuando se levantó el frente escénico actual, y otra en época de Constantino I, entre los años 333 y 337. El teatro fue abandonado en el siglo IV d.C. tras la oficialización de la religión cristiana en el Imperio Romano, que consideraba inmorales las representaciones teatrales.

Las excavaciones arqueológicas del teatro comenzaron en 1910 y fue reconstruido parcialmente en el año 1962.


El Anfiteatro Romano

Es un antiguo recinto para espectáculos de luchas de gladiadores que fue construido por el Imperio romano en la colonia de Augusta Emerita, actual Mérida (España), a finales del siglo I a. C.. Su construcción se planificó junto a la del adyacente y famoso teatro romano, con el que conformaba la gran área pública de espectáculos de la capital de la Lusitania. Fue abandonado hacia el siglo IV d. C. y hasta principios del siglo XX permaneció parcialmente enterrado. En 1912 fue nombrado Bien de Interés Cultural y desde 1993 es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como parte del Conjunto arqueológico de Mérida.

La construcción del anfiteatro se planificó junto con la del teatro y se levantó muy poco después. Según se deduce de las inscripciones halladas en su interior, fue inaugurado en el año 8 a. C. Con esta obra se completaba el proyecto de dotar a la colonia Augusta Emerita, ya entonces capital de la provincia Lusitania, de una gran área pública para espectáculos, acorde con su categoría política y administrativa. Este edificio estaba destinado a las luchas entre gladiadores, entre fieras o entre hombres y fieras, las denominadas venatio, que junto a las carreras en el circo fueron las preferidas por el pueblo romano.

Tras su abandono, debido a la oficialización del cristianismo en el siglo IV d. C., parte de su estructura se fue ocultando bajo tierra y la que quedó descubierta, sobre todo la summa cavea, sirvió como cantera de extracción de materiales para otras obras.​ Desde el siglo XVI algunos autores llamaron al edificio naumaquia con la creencia errónea de que era el lugar de celebración de simulacros de batallas navales, para lo que se basaban en la profundidad de su foso central y la proximidad de algunos tramos de acueducto. Las excavaciones a partir de 1919 subsanaron el error y le devolvieron su verdadera identidad.


El Circo

Es un antiguo recinto para carreras de carros que construyeron los romanos en la colonia romana de Augusta Emerita, actual Mérida (España), a principios del siglo I d. C., pocas décadas después de la fundación de la ciudad.

Erigido extramuros de la ciudad y con una planta ovalada de unos 440 m de longitud por 115 m de ancho, este circo fue uno de los más importantes de todo el Imperio Romano después el Circo Máximo de Roma.

Con la oficialización del cristianismo en el siglo IV d. C. comenzó el declive de los espectáculos en el circo, pero se cree que estuvo en uso hasta el siglo VI. Después de muchos siglos de abandono, del edificio se conservan las ruinas de sus cimientos, que dejan adivinar sus dimensiones, aunque es uno de los pocos recintos de este tipo que se pueden contemplar en toda su planta. Desde 1993, el circo es Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO como parte del Conjunto arqueológico de Mérida.

Las carreras que se desarrollaban en el circo, junto con los espectáculos del anfiteatro, eran los dos tipos de espectáculos que más gustaban al pueblo romano. Con frecuencia dichos espectáculos los financiaban personajes adinerados pertenecientes a la clase dirigente para conmemorar algún evento o con fines electorales o propagandísticos.

No se conoce la época exacta hasta la que se utilizó el circo de Augusta Emerita, quizá hasta el siglo VI d. C., época en que se fecha el fallecimiento del auriga Sabiniano según su lápida sepulcral en la basílica de Casa Herrera. La pasión por este tipo de espectáculos quedó reflejada en abundantes obras de arte pictóricas, escultóricas, cerámicas, musivarias o de orfebrería, en las que vemos a los aurigas celebrando con la palma de la victoria, a sus carros y a sus caballos, algunos con sus nombres propios. Entre todos los aurigas destacó el lusitano Cayo Apuleyo Diocles, que fue el mejor conductor de carros de toda la historia de la Antigua Roma y seguramente comenzara su carrera en el circo emeritense.


El Acueducto de los Milagros

Es una construcción de ingeniería civil para el transporte de agua del embalse de Proserpina a cinco kilómetros de la antigua ciudad de Mérida en España.

Tradicionalmente se ha datado su origen en la ciudad de Emérita Augusta, capital de la provincia Lusitania en el Imperio Romano en el siglo I, perdurando su uso durante varios siglos.

Forma parte del conjunto arqueológico de Mérida, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993.


El Templo de Diana

Es un templo romano construido en el siglo I d. C. en la ciudad de Augusta Emerita, capital de la provincia romana de Lusitania, actual Mérida (España).

Se levantó en el foro municipal de la ciudad romana siguiendo la configuración habitual de los templos de la antigüedad clásica y es el único edificio religioso romano que ha perdurado en Mérida en un aceptable estado de conservación. En realidad estaba dedicado al culto imperial, no a la diosa Diana, y debió ser uno de los templos principales de la urbe, a juzgar por su dedicación y por el lugar preeminente que ocupaba en el espacio urbano.​

Desde 1993 está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como parte del Conjunto arqueológico de Mérida.


El Puente Romano

Este puente romano es considerado como el más largo de la antigüedad. En los tiempos del Imperio Romano la obra se levanta sobre el río Guadiana. Hoy en día tiene una longitud de 790m y descansa sobre 60 arcos, de los cuales, tres permanecieron ocultos hasta finales de 1990.

Forma parte del Conjunto arqueológico de Mérida, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1993.

El puente se levantó al tiempo que se fundaba la colonia en las últimas décadas del siglo I a.C. y es la obra que determinó el emplazamiento de la ciudad.


El Arco de Trajano

Es un arco monumental romano, que recibe esta denominación debido a que se piensa que era un arco triunfal.

Es un arco de medio puente, con unos 15m de altura, incluyendo los dos metros de su base que ahora quedan enterrados bajo el pavimento.

Desde el 13 de diciembre de 1912 está protegido como Bien de Interés Cultural y fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad como parte del Conjunto Arqueológico de Mérida en el año 1993.


La Casa del Mitreo

Se conoce con el nombre de Casa del Mitreo por su proximidad con los restos de un posible templo dedicado a Mitra, aparecidos en el solar ocupado por la plaza de toros.

La casa, situada extramuros de la ciudad romana, se construyó a finales del s.I ó comienzos del s.II. Algunas de sus estructuras y decoraciones son de fechas posteriores dadas las remodelaciones que su uso, a lo largo de varios siglos, hizo necesarias. Sus dependencias se distribuyen en torno a tres patios que articulan la vida de la casa y le proporcionan luz y ventilación.

Está pavimentada con uno de los mosaicos más interesante aparecido en la ciudad: el Mosaico Cosmológico. En él se personifica la concepción del mundo y de las fuerzas de la naturaleza que lo gobiernan, junto con alguna actividad humana.


La Alcazaba Árabe

Es la fortificación más antigua musulmana de la península ibérica. Fue construida en el siglo IX junto al puente romano por Abderramán II en el año 835 d.C. como bastión para controlar la ciudad.

La fortificación consiste en un recinto cuadrado de 130 metros de lado capaz de albergar un gran número de tropas. En su interior hay un aljibe, que es una cisterna subterránea de agua filtrada del río Guadiana.

El perímetro es casi cuadrado, de unos 550 metros. Los muros, de unos 2,70 metros de grosor y 10 metros de altura están construidos mayoritariamente con sillares de granito, piedras y argamasa. Originalmente había una gran torre cuadrada en cada esquina del recinto, mientras que en los lienzos de la muralla, a intervalos regulares, se disponían otras 22 pequeñas torres.

Se accedía desde el puente romano, a través de un pequeño recinto fortificado denominado alcazarejo.

Está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como parte del Conjunto Arqueológico de Mérida.


La Basílica de Santa Eulalia

Eulalia fue una niña emeritense martirizada en la ciudad durante las persecuciones ordenadas por el emperador Diocleciano entre el 303 y 305 d.C.

Con posterioridad fueron varios los poetas que ensalzaron a la Mártir, entre ellos Prudencio en su poemario “de las Coronas” o Peristephanon , del siglo IV o, en el siglo siguiente, el obispo local Hidacio. El túmulo que se hizo para recordar la memoria de Eulalia nos los describe Gregorio de Tours en su Libro en honor de los Mártires, ya en el siglo VI. Por último, una obra del siglo VII, Vidas y los Milagros de los Santos Padres de Mérida atribuida a un diácono llamado Paulo, es la que mejor refleja la devoción que desde los albores de la Edad Media tienen los emeritenses por su Patrona y, sobre todo, describe más fidedignamente el poder del obispado emeritense y la fastuosidad de sus edificios.. Es más, buena parte de lo descrito en ese libro (la basílica y la escuela de niños y el monasterio unidos a ella), cuyas ruinas subyacen bajo el templo románico tardío que admiramos, ha sido confirmado por los hallazgos que proporcionaron las excavaciones arqueológicas realizadas entre 1990 y 1992.

Antes de erigirse aquí un cementerio cristiano a fines del siglo III, este espacio estuvo ocupado por una serie de mansiones suburbanas, de las que quedan restos, como es el caso una pileta con todo el utillaje de tocador. La presencia del monumento en honor a Eulalia, cuyos cimientos podemos ver hoy bajo la cabecera de la basílica, acarreó que los cristianos quisieran enterrarse cerca de ésta hasta bien entrado el siglo XIX. Por eso las estructuras que vemos en la cripta presentan ese aspecto tan caótico. Añadamos a todo ello que, en el siglo IX, los árabes construyeron aquí norias y otras instalaciones agropecuarias, lo que demuestra que, para entonces, la basílica estaba en ruinas. Sin embargo, buena parte de la cabecera de la iglesia del siglo XIII es visigoda. Por el contrario, sólo se conservan los cimientos de sus tres grandes naves y de las dos torres que flanqueaban la cabecera del templo.

Aquí podemos observar un muestrario de sepulturas de épocas bien distintas. Así mausoleos tardoromanos de considerables dimensiones, como el que está redecorado con pinturas del siglo XVI que representan estaciones del Calvario, a San Juan, Santa Ana y San Martín. O el sepulcro sellado por un mosaico en el que se representaba al difunto de pié entre cortinajes. Sepulcros de época visigoda sellados con una losa sepulcral de mármol, como el del ilustre varón Gregorio, luego reutilizado para enterrar a Eleuterio y a Perpetua. Criptas funerarias como la de los obispos…así hasta llegar a tumbas de egregias familias locales del siglo XVI y XVII, como la de los Moscoso o los Mejía.

Al lado de la basílica de sitúa ‘El Humilladero’, un pedestal de mármol levantado sobre un graderío y en el que, a su vez, se apoya una columna que remata en una cruz. Realizado con limosnas del pueblo, simboliza la columna en la que la Mártir fue azotada durante su martirio e indicaba el lugar de los hechos.


El Embalse de Proserpina

Está situado a cuatro kilómetros de la localidad de Mérida (provincia de Badajoz) Se trata del embalse más antiguo de España. Conocido popularmente como ‘la Charca’, el embalse de Proserpina fue obra de los ingenieros romanos. Comenzaron a construirlo en el siglo I antes de Cristo y acabó siendo el más grande que inauguró el Imperio en los países mediterráneos.

El de Proserpina pasa también por ser el segundo embalse artificial operativo más antiguo del mundo, por detrás del de Quatinah, en Siria. Luce colosal y en un excelente estado de conservación. El dique, de unos 425 metros de largo y 21 metros de profundidad, se organiza en forma de talud escalonado aguas arriba formado por sillares de granito.

En esta misma zona se adosan en el embalse de Proserpina nueve contrafuertes de sección rectangular realizados con sillares de granito. Dos torres o bocines, de diferente profundidad, se adosan al muro, aguas abajo, para regular las salidas del agua.

Según varias interpretaciones, parece que se trataría de una primitiva presa de seis metros de altura, construida en época de la fundación de la ciudad y que se ampliaría en el siglo II de nuestra era.

El embalse de Proserpina surgió por la importancia que tuvo en la muy excelsa ciudad de Emerita Augusta el suministro de agua, tanto para abastecer a las industrias como para satisfacer las necesidades de sus pobladores. Todas las conducciones seguían las curvas de nivel de las zonas que atravesaban hasta llegar a Mérida.

Una vez en ella se distribuía toda el agua, desde los castellum aquae o torres del agua mediante una complicada red de canales. Abarca unas 72 hectáreas y recoge tanto el agua de la lluvia como la que aportan dos arroyos, Las Adelfas y Las Pardillas.

En la actualidad, este lago artificial se utiliza en temporada estival como zona de baño y recreo para vecinos y turistas, ya que cuenta con unos cuantos chiringuitos y un camino perimetral de seis kilómetros de longitud. Una delicia histórica. Junto a los bares se alza el Museo del Agua, un edificio moderno utilizado para explicar cómo se abastecía a la antigua ciudad romana.


La Zona Arqueológica de Morerías

La excavación del Área Arqueológica de Morería, con 12.000 metros cuadrados de extensión, ha aportado gran cantidad de datos referentes a la evolución urbanística e histórica de la ciudad. Su situación, junto al río Guadiana, y su proximidad al puente romano, han favorecido una ocupación persistente de esta zona en las sucesivas fases históricas: romana, visigoda, islámica, medieval cristiana, moderna y contemporánea.

Además de poder conocer la evolución de un barrio desde época romana hasta la actualidad, en este recinto se encuentra el centro de Interpretación de la Vía de la Plata. Así mismo, Morería es el paradigma de la convivencia de la ciudad antigua y la contemporánea. Sobre la excavación y construido sobre micropilotes, se levanta el edificio de las Nuevas Consejerías, diseñado por Navarro Baldeweg, sirviendo de cubierta a los restos arqueológicos. Una solución integradora con elementos patrimoniales, antiguos y contemporáneos, de primer orden.


El Pórtico del Foro

Se trata de la esquina de un pórtico monumental que formaba parte del grandioso programa propagandístico del antiguo Foro Municipal de Augusta Emerita.

Estuvo íntegramente revestido de mármol, como se aprecia en algunas zonas. Gira en torno a una plaza rodeada por un canal. Los entablamentos están sostenidos por grandes columnas corintias. Sobre ellas descansa un ático con metopas en las que se alternan medallones con cabezas de Júpiter-Amón, Medusa y cariátides portando cráteras. Los muros de cierre presentan grandes hornacinas en las que iban dispuestas tanto estatuas de la familia imperial como de dioses y mitos ligados a la historia de Roma y a la familia de Augusto.

Éste pórtico fue erigido hacia mediados del siglo I a imagen y semejanza del Foro de Augusto en Roma.


El Museo Nacional de Arte Romano

Fue inaugurado el 19 de septiembre de 1986 en su emplazamiento actual, obra del arquitecto Rafael Moneo. Se trata de un centro investigador y difusor de la cultura romana donde, además de acoger los hallazgos arqueológicos de la antigua ciudad romana Augusta Emerita, se celebran congresos, coloquios, conferencias, cursos, exposiciones y otras muchas actividades de ámbito nacional e internacional.

Es uno de los edificios Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO como parte del Conjunto arqueológico de Mérida.


La Plaza de España

Desde su ordenamiento como tal, en época de los Reyes Católicos, la plaza ha sido lugar de mercado y donde se hallaban los pilares o fuentes de agua corriente. Sirvió igualmente como estrado para funciones teatrales, coso para corridas de toros a la jineta, marco de ajusticiamientos, mascaradas, luminarias, juegos de cañas y procesiones. Aquí recibía el pueblo a los monarcas y miembros de su familia en sus regias visitas, aquí también se proclamaba fidelidad a un rey cuando subían al trono o se cumplía con el duelo cuando fallecía. En esta gran plaza de traza rectangular fueron añadiéndose los edificios del poder desde inicios de la Edad Moderna hasta hoy.

De la fisonomía actual de la propia plaza destaca la presencia, en su centro, de una fuente neobarroca de mármol de finales del XIX, obra del taller lisboeta de Germano José do Salles. De un gran estanque circular emerge un pedestal con amorcillos que, montados sobre delfines, van haciendo sonar unas cornucopias. Sobre este pedestal asientan sendos estanquecillos a modo de bandejas circulares, profusamente decorados con motivos vegetales. El conjunto remata en un capitel corintio.

Los soportales que se conservan, y que circundaban todo el recinto, son fruto de varias reformas. En sus diferentes fachadas se encuentran El Palacio de Los Mendoza, La Casa de Los Pacheco, El Círculo Emeritense, La Casa Consistorial, El Palacio de La China y en una esquina la Concatedral de Santa María.

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